Creo que me voy a partir en dos.
Cada pocos segundos un calambre se genera en mi interior y se expande como una estrella que acaba de estallar, me hago una pelota conmigo misma para aliviar la presión.
Meto en el microondas un peluche que me regalaron hace dos Navidades que mantiene el calor (está relleno de trigo).
¡Como con esto no se vaya el dolor me causo una sobredosis de ibuprofeno! Ya llevo dos, no puedo tomarme otro hasta dentro de unas horas. Me siento en la cocina. Apoyo la frente en la mesa de mármol. Intento distraerme viendo figuras en las líneas de la piedra. Me mareo, estoy demasiado cerca.

Suena el ding del microondas.
Me voy al sofá.
Coloco el peluche en mi tripa.
Escribo una sarta de estupideces en el blog.

Respiro, el calor me relaja.