viernes, 6 de marzo de 2009

Ayer me fui a ver The Reader con mis compañeros de la academia de inglés, el profesor y un amigo suyo, un señor muy raro y con una apariencia muy formal que no pegaba ni con cola con el resto del grupo como, por ejemplo, con mis pantalones verde fosfi (algún día pondré una foto de los mismos).

La vimos en versión original y la verdad me gustó mucho el acento alemán que tenían (casi) todos los actores. También tiene algunas escenas un tanto fuertes, pero nada que no se pueda soportar, y a pesar de que la actriz principal ha ganado el Oscar por esta peli, tampoco está muy allá la cosa.

Pero, sin duda, lo mejor de la noche fue después, cuando nos fuimos a un bar/pub/comomierdasloqueraisllamar en el que había una especie de camas para que te tumbaras (y jodidamente caro).
Primer pensamiento en cuanto me quito los zapatos para subirme a una de las camas: ¡Joder, joder, joder! ¡Tengo un puto agujero en el talón del calcetín!

Y es que no sé como lo hago pero siempre se me rompen por el talón, además de que no me duran más de dos meses. Por eso siempre pido calcetines para mi cumpleaños y Navidad.

Pero estuvo muy bien, porque me reí mucho, que es algo que nunca debe faltar.


Queridos hamijos, creo que esta es la entrada más larga que he hecho nunca en el blog.

2 comentarios:

Mirna dijo...

Yo siempre me las arreglo para tener agujeros en los dedos.

Son odiosos. Un día llevas un calcetín y no te das cuenta de que tiene un agujero, y va el simpático profesor de gimnasia y dice ¡Todos a quitarse los zapatos! y tú piensas: ¡Argh! ¡Tengo un jodido agujero en el calcetín!

Un saludo :)

HackberryA10 dijo...

Si no el más largo el segundo más largo.

saluDOS